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Perla Salas Z. Patoni

ESA MUJER...LA QUE VAS A SER AHORA


Esa mujer se está transformando…

Está aprendiendo a estar cómoda en su propia piel porque está empezando a verse a sí misma bajo una nueva luz y con un nuevo poder. Está descubriendo que ella no es el resultado de sus experiencias sino la creadora de las mismas; está entendiendo que no es a la oscuridad ni al dolor a lo que le tenía miedo, sino a la potencia infinita que hay en su luz, tan sólo tenía que hacerse a sí misma la pregunta indicada: "¿Quién voy a ser ahora?"

Esa simple pregunta fue un llamado profundo que le pedía hacerse más presente consigo misma. Empezó a cuestionar sus creencias y reacciones, a hacerse más consciente de su entorno y de los efectos que las personas a su alrededor causaban en ella y ella en esas personas. Se dio cuenta de que había fuerzas más poderosas que ella empujándola hacia la vida. Unió fuerzas con almas similares y emprendió un viaje sin retorno al fondo de sus abismos, a los lugares donde yacían todos sus escombros, restos de su pasado (el de ella y el de todos sus ancestros) que aún había que limpiar para poder reconstruir el presente.

Miró las ruinas que había dejado el tiempo a su paso y se sintió tentada a derrumbarse junto con ellas, a sentirse indigna y culpable por no haber podido sostener los castillos que había construido en el aire con nada más que su deseo de amar y ser amada.

"No fue suficiente…” pensaba, y justo cuando cayó de rodillas ante su propia creación, una voz dentro de ella le preguntó: “¿Qué vas a elegir ahora? ¿Quién quieres ser a continuación? ¿Cómo te vas a definir a partir de esto?”

Levantó la cabeza y por un segundo pudo percibir la luz, por un segundo pudo liberar toda preocupación respecto a lo incorrecta y herida que se sentía porque empezó a percibir una parte de sí misma más grande y más misteriosa de lo que jamás hubiera imaginado.

“¿Qué voy a elegir ahora?” se preguntaba, y al quedarse en silencio dejando que esa pregunta vibrara por todo su ser, sintió cómo se abría un campo de infinitas posibilidades, de fuerzas y poderes que rebasaban toda su comprensión pero que su alma recordaba claramente. Eso trajo aún más silencios, silencios acompañados de muchas preguntas:

“¿Qué es esta fuerza dentro de mí que está haciendo que me levante aún cuando me siento completamente hundida y derrotada? ¿Qué voy a hacer ahora con esa fuerza?”…

Y en un respiro, la respuesta vino sola: Yo soy esa fuerza y esa potencia imponente e imparable que dirige mi vida, que se reconstruye a sí misma de entre los escombros y que se sostiene con orgullo en el reconocimiento de la inmensa capacidad creadora que hay en mí. Elijo usar esta fuerza para construir, sostener y luchar por la vida que no había elegido vivir hasta hoy.

“¿Qué es este torrente de energía que me recorre entera y que me lleva a querer construir algo hermoso con los restos de lo que queda? ¿Qué voy a hacer con esta energía ahora?”

Se quedó pensando y sintiendo que no sabía cómo o por dónde empezar, así que sólo empezó diciendo: Esa mujer se está transformando…se está convirtiendo en un torrente de energía creativa y creadora capaz de convertir los escombros de su vida en una obra de arte. Ella es ahora la energía dominante del amor que la vive y que impregna su vida y su mundo con nueva vida, nueva paz. Esa mujer está eligiendo ahora usar esa energía para sanarse, reconstruirse y re-crearse desde su origen, y con ello crear una realidad donde cada día pueda ser, experimentar y tener más de todo lo que ella realmente es.

“¿Qué es esta voz dentro de mí que me despierta cada vez que quiero irme a dormir a los brazos de la inconsciencia de nuevo? ¿Qué voy a elegir hacer ahora con esa voz y ese despertar?”

Se quedó ahí, mordiéndose las uñas por la ansiedad de saber que había tanto que decir, tanto que ver, tanto que sanar…y luego volvió a despertar: Yo soy la voz de mi propia consciencia llamándome a salir del dolor ancestral para caminar hacia la vida, completamente despierta en la comprensión de que todo fue perfecto, de que ahora puedo tomar la vida tal como me fue dada y de que ahora tengo el permiso para honrar el dolor del pasado con mi felicidad. Ahora elijo escuchar al amor, despertar al amor y confiar en el amor que soy y que me trajo hasta aquí.

“¿Qué es esta paz incomprensible que llega siempre a envolverme después de mis peores tormentas? ¿Qué voy a hacer ahora con esta paz?”

Mientras todo dentro de ella estaba en paz, las palabras, las tomas de consciencia y las emociones fluían por todo su ser hacia sus manos mientras escribía: Yo soy la paz detrás de todo lo que existe y fuera de mí no hay nada, ni siquiera el miedo. Lo sé, lo soy, lo puedo y lo tengo todo en la paz que viene de saber que estoy en el camino de regreso a mí, y ahora elijo usar esta paz para sentir que, incluso en medio de los escombros, siempre puedo volver a empezar.

“¿Qué es esta sensación de poder que me inunda cada vez que tomo mi responsabilidad y dejo a los demás con la suya? ¿Qué voy a hacer ahora con todo este poder?”

Hacía tiempo que lo entendía, que incluso lo predicaba, pero la víctima dentro de ella conocía muy bien los caminos y atajos del juicio, el señalamiento, la culpa y la separación. Sus lealtades y programas ancestrales la regresaban casi siempre a esos puntos de identidad que la mantenían atada al dolor, pero esos puntos se estaban soltando y dándose cuenta de ello aprovechó el momento para decir: No más. Yo soy lo que yo digo que soy y yo soy el poder infinito que lo ha creado todo en mi vida; puedo hacer lo que sea que yo diga que puedo hacer y puedo hacer que este poder crezca dentro de mí de formas extraordinarias; puedo y voy a hacer que este poder se enfoque en crear más luz, más vida y más amor en mí y a mi alrededor; puedo y voy a hacer que este poder en mí multiplique los dones y las bendiciones que me fueron dadas por derecho divino y por derecho ancestral.

¿Qué es esta presencia dentro de mí que me ha mantenido en la vida a pesar de todo? ¿Qué voy a hacer ahora con esa presencia y esta vida?

Y una voz que no era de ella pero que le pertenecía completamente le contestó: Yo soy todo lo que existe y fuera de mí no hay nada, ni siquiera tú. De mí te viene la vida y ahora puedes tomarla toda entera, tal como te vino y al precio que a cada uno le costó. Lo que eres es lo que yo te he regalado, lo que hagas de ti es lo que tú me regalas de vuelta. ¿Qué vas a elegir ahora? ¿Quién vas a ser a partir de hoy?

Se quedó unos segundos en silencio y sólo contestó: Sin importar lo que pase, elijo quedarme en la vida. Elijo honrar la vida que me viene desde muy lejos con la felicidad que nadie más en mi árbol pudo experimentar. A partir de hoy, elijo ser el sueño realizado de todos mis ancestros y la continuadora de la vida maravillosa que quiere realizarse a través de mí.

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