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8 FACTORES EMOCIONALES QUE AFECTAN TU PESO


Tranquilo, no te voy a hablar sobre los típicos factores del peso como la comida chatarra, la falta de ejercicio, el sedentarismo o la baja autoestima, yo te voy a hablar de algo más profundo y más importante: los factores internos, es decir, tu energía, tus creencias, emociones, patrones e incluso lealtades transgeneracionales que influyen en tu forma de comer, de mirarte a ti mismo, de mostrarte en el mundo y en general, de vivir a través de tu cuerpo.


Debajo de todo problema de peso y alimentación, hay una serie de creencias y emociones inconscientes que están buscando ser vistas y reconocidas por ti. Por diversas razones, la única forma en que tu inconsciente ha logrado llamar tu atención para que las veas y las reconozcas es poniéndolas fuera de ti, en tu cuerpo, en forma de gordura, incomodidad y dolor.

Pero ¿en qué momento decide tu inconsciente hacer eso? Algunas veces, desde tu concepción, otras veces, cuando vives ciertas situaciones que te llevan a conectar con emociones no resueltas. ¿Qué es lo que influye en que tu cuerpo reaccione de esa manera? Vamos a verlo:


  1. Tu proyecto sentido gestacional: El proyecto sentido es la razón de tu existencia, el “para qué” te trajeron tus padres a este mundo y que se decidió inconscientemente desde 9 meses antes de tu concepción. Haber sido concebido, por ejemplo, como un “hijo bastón”, aquel encargado de cuidar a tus padres durante la vejez, puede ser la causa de tu sobrepeso y exceso de volumen en algunas zonas de tu cuerpo. Este tema, el de lealtades y secretos familiares lo analizo a profundidad en mi libro “¿Porqué no bajo/subo de peso?.

  2. Tus lealtades familiares: Las lealtades familiares son vínculos energéticos e inconscientes generados hacia nuestros padres y antepasados, que nos llevan a repetir sus historias y conflictos no sanados, como en el caso de una familia donde todas las mujeres han sido robustas, una hija puede ser robusta desde niña para ser leal al sistema familiar e incluida en el mismo, y al mismo tiempo, otra hija puede ser delgada al contrario del resto de la familia para mostrarle a la familia “lo mal que lo están haciendo siendo robustas”.

  3. Los secretos familiares: La vergüenza, la culpa y la sumisión son las principales causas para guardar un secreto familiar, siempre bajo el pretexto de proteger a los hijos o el honor de la familia. Una persona que tiene que guardar un secreto familiar, lleva un peso enorme que reflejará en su cuerpo a través del sobrepeso y la obesidad.

  4. Bioshock: Es una situación vivida de forma dramática, inesperada, en soledad y sin solución aparente (por ejemplo, un abuso sexual) que genera en la persona una serie de emociones que, al no poder sentir ni resolver en ese momento, se quedan encapsuladas en el cuerpo en forma de síntoma (enfermedad o gordura) y que con el tiempo van creciendo en tamaño o intensidad hasta que logran ser vistas, sentidas y liberadas.

  5. Heridas de la infancia: El abandono, el rechazo, la traición, la injusticia y la humillación vividas durante la infancia pueden dar lugar más adelante a problemas de peso y alimentación como forma de protección ante la probabilidad de volver a vivir esas mismas heridas. Mi libro “Reencarnar al amor” trata específicamente estas heridas y la forma de sanarlas.

  6. Emociones no liberadas: El miedo se encapsula principalmente en la parte inferior del cuerpo (de los pies a la cadera), el enojo en la parte alta (del pecho a la cara), el asco en la parte media (cintura, vientre, abdomen y espalda) y la tristeza se refleja en todo el cuerpo en forma de flacidez.

  7. Conflicto de apariencia: De manera inconsciente, las personas que se sienten pequeñas por dentro buscarán aparentar ser grandes por fuera; las que se sienten débiles por dentro, aparentarán ser fuerte por fuera; las que sienten que no tienen un lugar en el mundo, buscarán ocupar más espacio con su sobrepeso; las que tienen miedo a su sexualidad, buscarán cubrir con grasa sus curvas para aparentar no ser tan sensuales o sexuales.

  8. Los disparadores del peso: Hay diversas situaciones en las que sentimos que nuestras emociones y patrones tóxicos se disparan como es cuando vivimos el miedo al abandono o al rechazo, el miedo a perder nuestro territorio (por ejemplo, miedo a perder mi casa o a mi pareja), el miedo a la carencia y algunas otras que darán lugar a un exceso de grasa o de retención de líquidos, lo cual explico a fondo en mi libro “El peso y las emociones”.

Estos son sólo algunos de los factores emocionales que influyen en tu peso y aunque hay muchos más, el darte permiso de mirar dentro de ti, mirar tu historia y tus emociones, abrirá para ti una nueva puerta hacia la verdadera liberación de todo aquello que pesa en tu interior y que se refleja en tu exterior como exceso de peso.


¿Cuál es el factor que sientes que más influye en ti? Te leo.


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